Receta fácil de patatas baby al vapor con la variante para cocinarlas hervidas, para luego servirlas sobre un lecho de verduras. Ideal como entrante, guarnición o receta vegetariana vegana
Ingredientes para 4 personas
- Para hacer de guarnición de algún otro plato, 400 gr de patatas baby (para plato único, entre 200 y 250gr de patata por persona)
- Medio pimiento rojo
- Medio pimiento amarillo
- 1 pimiento verde
- 2 zanahorias
- Perejil fresco
- Aceite
- Sal
Cómo hacer patatas al vapor sobre lecho de verduras
Se eliminan las semillas de los pimientos, se pela la zanahoria, se lavan las hortalizas y se cortan en juliana (tiras finas), excepto las patatas baby, que se dejan enteras.
Se pone la vaporera al fuego (o se enchufa si es eléctrica). Se pone agua en la parte inferior, en la superior se colocan las verduras como lecho y, sobre las mismas, las patatas. Se tapa y se deja cocer al vapor unos 25 minutos (según el tamaño de la patata, el tiempo puede ser mayor). Cocinar al vapor implica que la patata no tienen ningún contacto directo con el agua, todo lo contrario que cuando se hierven. Hervir implica que parte de los nutrientes del alimento pasan al agua, pero la cocción al vapor permite mantener todos los nutrientes. Pero además, en rodajas o enteras, incluso sin piel, siempre que cocinemos patatas al vapor estas no se romperán.
Para personalizar la receta, se puede aromatizar el agua de la parte baja de la vaporera con vino blanco y/o hierbas aromáticas, que infusionarán con el agua en cuanto esta entre en ebullición, siendo el vapor de dicha infusión el que cocinará la patata.
Paralelamente, se lavan las hojas de perejil y se pican. Una vez cocida la patata al vapor se monta el plato, con las verduras formando un lecho en la base y las patatas encima. Se les espolvorea el perejil picado y se puede aliñar con un chorro de aceite de oliva.
Variante con patatas hervidas
Esta receta se puede hacer hirviendo las patatas en lugar de cocinarlas al vapor, en cuyo caso se recomienda que el lecho de verduras sea salteado.
Para hervir las patatas, se parte de agua fría con sal, siempre teniendo en cuenta que la podemos aromatizar con hierbas como laurel, tomillo, romero, etc. Pero, ¿qué diferencia hay entre hervir la patata con piel o sin ella?
Al hervirla con piel, se evita la pérdida de almidón y se reduce el riesgo de que las patatas se rompan. Si se quieren pelar, será aún en caliente, después de la cocción, aunque cabe recordar que la piel es donde la patata contiene la mayor parte de la fibra, por lo que resulta sano consumirlas con la piel. En todo caso, para trocearlas una vez hervidas, es mejor hacerlo cuando estén frías para evitar el riesgo de que se rompan.
Cuando las troceamos, la patata pierde más almidón, lo cual es recomendable cuando las cocemos en guisos, ya que contribuyen a espesar caldo o salsa. Pero en todo caso, el tiempo es esencial para evitar que las patatas hervidas se rompan. El tiempo de cocción depende sobre todo del tamaño de los trozos, por lo que es recomendable ir pinchándolas para comprobar que ya están cocidas. Si las partimos introduciendo el filo del cuchillo para hacer palanca y que la patata se rompa, de manera que el troceado es irregular, reducimos la pérdida de almidón y el riesgo de que la patata hervida se rompa.